viernes, 24 de mayo de 2013


El retorno del Abrazo olvidado

                                                                                                                         (Xilopintura de Carlos Colombino "EL ABRAZO" - Museo del Barrio)


Se conjuga el pensamiento y sentimiento entre el potencial olvido obligado y el recuerdo de aquel abrazo que vestía como un abrigo, el cual desde la partida de ayer, me dejó con friolentamente frívolo.

Abrupta nos quedó la distancia desde la pendiente vertical, de la cual, cuando intento escalar hacia las alturas, la cima escarpada es donde la soledad me escarcha.-

La desinteresada inequidad material de la distancia hasta el abrazo.
La disolución del cariño y la endorfina en el momento del abrazo
Instante en que los corazones se sincronizan y las ideas se neutralizan.
bajar por el camino intransitable.- 
 
Retroceder hacia la senda del recuerdo, revivir el recuerdo sin importar la diferencia de los matices de nuevos colores del abalorio abrazo que de nuevo me atavia, cerrando las grietas y rasgaduras que han dejado pasado,
cruzando los escollos entre sobresaltos del ripio y la peña, alisando los casquijos de mil pedregullos.-
 
Se ha olvidado que se ha pensado mil veces en abandonado,
Se vuelve a negar las contradicciones, uniéndose en avivada pasión que irrumpió la exacerbada distancia mental de la cual es más lejana que la física, convulsa desde la idea no pensada hasta el retorno del abrazo que me ha sido olvido.-


sábado, 4 de mayo de 2013

"La Azucena del bosque" (Leyenda argentina)





Hace muchos, muchos años, había una región de la tierra donde el hombre aún no había llegado. Cierta vez pasó por allí I-Yará (dueño de las aguas) uno de los principales ayudantes de Tupá (dios bueno). Se sorprendió mucho al ver despoblado un lugar tan hermoso, y decidió llevar a Tupá un trozo de tierra de ese lugar. Con ella, amasándola y dándole forma humana, el dios bueno creó dos hombres destinados a poblar la región.

Como uno fuera blanco, lo llamó Morotí, y al otro Pitá, pues era de color rojizo.

Estos hombres necesitaban esposas para formar sus familias, y Tupá encargó a I-Yará que amasase dos mujeres.

Así lo hizo el Dueño de las aguas y al poco tiempo, felices y contentas, vivían las dos parejas en el bosque, gozando de las bellezas del lugar, alimentándose de raíces y de frutas y dando hijos que aumentaban la población de ese sitio, amándose todos y ayudándose unos a otros.

En esta forma hubieran continuado siempre, si un hecho casual no hubiese cambiado su modo de vivir.


Un día que se encontraba Pitá cortando frutos de tacú (algarrobo) apareció junto a una roca un animal que parecía querer atacarlo. Para defenderse, Pitá tomó una gran piedra y se la arrojó con fuerza, pero en lugar de alcanzarlo, la piedra dio contra la roca, y al chocar saltaron algunas chispas.

Este era un fenómeno desconocido hasta entonces y Pitá, al notar el hermoso efecto producido por el choque de las dos piedras volvió a repetir una y muchas veces la operación, hasta convencerse de que siempre se producían las mismas vistosas luces. En esta forma descubrió el fuego.

Cierta vez, Moroti para defenderse, tuvo que dar muerte a un pecarí (cerdo salvaje - jabalí) y como no acostumbraban comer carne, no supo qué hacer con él.

Al ver que Pitá había encendido un hermoso fuego, se le ocurrió arrojar en él al animal muerto. Al rato se desprendió de la carne un olor que a Morotí le pareció apetitoso, y la probó. No se había equivocado: el gusto era tan agradable como el olor. La dio a probar a Pitá, a las mujeres de ambos, y a todos les resultó muy sabrosa.

Desde ese día desdeñaron las raíces y las frutas a las qué habían sido tan afectos hasta entonces, y se dedicaron a cazar animales para comer.

La fuerza y la destreza de algunos de ellos, los obligaron a aguzar su inteligencia y se ingeniaron en la construcción de armas que les sirvieron para vencer a esos animales y para defenderse de los ataques de los otros. En esa forma inventaron el arco, la flecha y la lanza. Entre las dos familias nació una rivalidad que nadie hubiera creído posible hasta entonces: la cantidad de animales cazados, la mayor destreza demostrada en el manejo de las armas, la mejor puntería... todo fue motivo de envidia y discusión entre los hermanos.

Tan grande fue el rencor, tanto el odio que llegaron a sentir unos contra otros, que decidieron separarse, y Morotí, con su familia, se alejó del hermoso lugar donde vivieran unidos los hermanos, hasta que la codicia, mala consejera, se encargó de separarlos. Y eligió para vivir el otro extremo del bosque, donde ni siquiera llegaran noticias de Pitá y de su familia.

Tupá decidió entonces castigarlos. El los había creado hermanos para que, como tales, vivieran amándose y gozando de tranquilidad y bienestar; pero ellos no habían sabido corresponder a favor tan grande y debían sufrir las consecuencias.

El castigo serviría de ejemplo para todos los que en adelante olvidaran que Tupá los había puesto en el mundo para vivir en paz y para amarse los unos a los otros.

El día siguiente al de la separación amaneció tormentoso. Nubes negras se recortaban entre los árboles y el trueno hacía estremecer de rato en rato con su sordo rezongo. Los relámpagos cruzaban el cielo como víboras de fuego. Llovió copiosamente durante varios días. Todos vieron en esto un mal presagio.

Después de tres días vividos en continuo espanto, la tormenta pasó.

Cuando hubo aclarado, vieron bajar de un tacú (algarrobo) del bosque, un enano de enorme cabeza y larga barba blanca.

Era I-Yará que había tomado esa forma para cumplir un mandato d e Tupá.

Llamó a todas las tribus de las cercanías y las reunió en un claro del bosque. Allí les habló de esta manera:

Tupá, nuestro creador y amo, me envía. La cólera se ha apoderado de él al conocer la ingratitud de vosotros, hombres. Él los creó hermanos para que la paz y el amor guiaran vuestras vidas... pero la codicia pudo más que vuestros buenos sentimientos y os dejasteis llevar por la intriga y la envidia. Tupá me manda para que hagáis la paz entre vosotros: iPitá! iMoroti! ¡Abrazaos, Tupá lo manda!

Arrepentidos y avergonzados, los dos hermanos se confundieron en un abrazo, y tos que presenciaban la escena vieron que, poco a poco, iban perdiendo sus formas humanas y cada vez más unidos, se convertían en un tallo que crecía y crecía ...

Este tallo se convirtió en una planta que dio hermosas azucenas moradas. A medida que el tiempo transcurría, las flores iban perdiendo su color, aclarándose hasta llegar a ser blancas por completo. Eran Pitá (rojo) y Morotí (blanco) que, convertidos en flores, simbolizaban la unión y la paz entre los hermanos.

Ese arbusto, creado por Tupá para recordar a los hombres que deben vivir unidos por el amor fraternal, es la "AZUCENA DEL BOSQUE".

Recopiladoras de "Petaquita de Leyendas" , Ed. Peuser.
Azucena Carranza y Leonor Lorda Perellón

martes, 23 de abril de 2013

QVIXOTE segvn Dali



Sancho, ¿dónde está mi yelmo? ¿Haz ensillado y puesto las herraduras a mi corcel Rocinante? Anoche he cerrado mis libros, he lustrado mi armadura, mi lanza preparada, Dulcinea no espera.



Aquí podemos, hermano Sancho Panza, meter las manos hasta los codos en esto que llaman aventuras.


Ser el más grande caballero andante que alguna vez haya caminado la tierra.


 Amigo Sancho escúchame,  no todo tiene aquí un porqué un camino lo hacen los pies.

 Todos soñamos con ser

Un caballero y tener

Algo por lo que luchar

Y un amor que defender

Si tienes un ideal, un principio

Defiéndelo y aférrate a él,

Alguien escribió que la vida es sueño,

Y los sueños, sueños son.

Sé rebelde cómo el mar

Y sé noble porque al final

De ésta vida llevarás

Tu libertad.

No importa cuán loco te crean todos

Manténte firme, manténte en pie,

Buscar tu sitio,

Encontrarte a ti mismo

Es tu misión, es la razón.

Grítale al cielo que no

Quieres ser sólo uno más

Ancha es Castilla y el sol

Tu caminar guiará.

Magö de Öz

Leer un libro es hacer un viaje..


Leer un libro es hacer un viaje..


Es un mundo por descubrir, una cuidad que recorrer, plazas con verdes jardines donde descansar, un barrio con macetas de margaritas en los balcones y enredaderas en las paredes que hermosean de día y un farol que alumba un callejón deshabitado que se debe cruzar.



Hasta llegar a una casa, golpear la puerta, preguntar por Don Valois, quien es liciado y sobreviviente de guerra, entrar a la casa por amable invitación, y acomodarse en la sala y sentarse en el sillón para directamente escuchar las historias pasadas y las vividas en narrativa,



y desde ese momento subir al caballo que se encuentra ensillado en el establo para cabalgar por pedregullos y empinadas hasta llegar al pueblo en los años '20 y recorrer hasta llegar al puerto de la cuidad y comprar el boleto para abordar el primer crucero de aquel próximo injusto decenio.


Luego debés montar de regreso apresurando al caballero, porque en el pueblo te dijeron que todos los de tu edad dejaron los libros y la asada de la siesta para poner a un costado del hombro el poncho y vestir el verde olivo, una vez afilado el machete que ha de ser empuñado con la izquierda y colgada la bayoneta. Luego del toque de diana y la reclutación, ha de venir la formación y la primera orden a la puesta de mando del Capitán del Pelotón, que a viva voz y desenvainada la espada direcciona la marcha hacia el noroeste


el cual llamamos región occidental o Chaco Boreal del Paraguay. En el camino haz de tener un primer obstáculo, de ir por tierra, camino terraplenado rojo y duro, haz de cruzar en canoa hasta llegar hasta la otra orilla del margen izquierdo donde se une el Río Parguay y Pilcomayo. Una vez tocado tierra,  y llegado a destino, se harán las trincheras,  -Me fui a la Guerra del Chaco cuando tenía 17 años-, -¡en serio Abuelo!, dice el nieto-, En serio Don Valois, -sí, es cierto, he ido, tuve mucha suerte de salir con vida, tengo una bala incrustada en la cabeza hasta hoy día - ¡¿en serio abuelo?! -Sí, che ra'y, así mismo- y que pasó ahí abuelo?  -Muchas cosas hijo-, pero Don Valois, tantas cosas Usted ha vivido! tendría que escribir un libro!, -Ja ja ja, no... ya estoy viejo.

lunes, 22 de abril de 2013

Hacia una Metodología de una Idea sin tener una Idea



La imaginación es madre de toda originalidad. José Ingenieros

Más de una persona se ha hecho la pregunta de cómo tratar de obtener una idea y de como imaginar, pareciera ser que a mayor presión volitiva de querer imaginar o idear algo para llegar a un fin, es practicamente imposible, llegándose a no tener nada.

Para el efecto debemos trabajar trabajar con lo que tenemos alrededor primero nos rodea para poder descubrir luego que hay fuera.

Preguntas y menciones vitales y existencialistas, ¿qué tengo?, que no tengo, ¿qué necesito? que no necesito, ¿qué quiero mejorar? ¿qué deseo lograr?, o vulgarmente, qué quiero solucionar. Cuestionamientos super básicos hacia una construcción final.

Todo se hace mucho más fácil ciertamente, cuando se tiene el talento para imaginar, esa idea real, realizable o tal vez la idea surrealista intangible materialmente y representable a través de un lienso, o la más inaplicable utopía de la neo athenas organizacional para cada país, esas y muchas otras ideas solo son habitables y reproducibles en la mente. No todos gozamos del mágico poder de imaginar, el poder de hacer de la frase FIAT LUX el nacimiento de una idea y crear la existencia de una idea de la nada, pero al fin y al acabo es esa una idea.

Asumiendo de que tal vez somos personas comunes y corrientes sin la más mínima capadad de hacer reminiscencia del topus urano una idea y no apelando al talento innato de cada uno, siempre es efectivo la aplicación de un método, ese método debe basarse en la observación, luego de la observación se debe decantar en abstracción para luego tomar de lo general algo específico e investigar, una vez que lo investiga, buscar los pro y en contra, hallando lo que se llama variables, una vez hecho ese proceso, podemos ponermos a meditar y pensar que falta o que sobra, que no existe o como se puede mejorar "ese algo" que investigamos.

¿Cuales son los obstáculos?

El primer obstáculo que aparece en cualquiera es la negación a sí mismo de la posibilidad de la concepción de una idea, asumiendo negativamente a priori y sin muchos esfuerzos el "yo no puedo" o peor, desanimar a un grupo y decir "no podemos".

¿Qué es lo que sucede con la mente humana?

 La mente humana tiene limitaciones y valoraciones propias según su edad antropológica ubicado en el momento histórico en que vive, a las circunstancias sociales, territoriales y políticas, en síntesis la cosmovisión de hombre está marcado  Y lo que inicialmente se debe  afirmar es que el hombre ha demostrado a lo largo de la historia y en sus comienzos, que las primeras ideas partieron de imaginar una solución a medianos problemas o problemas que no son problemas para el hombre de hoy, pero grandes problemas para hombres de su época, como ser el primer problema humano hasta hoy vigente, el de la subsistencia humana, pero con distintas formas de aplacarlo hoy día. Entonces quiere decir que una persona solo idea lo que necesita según su historia, según como se comporta y que le es útil. Todos los hombres son aptos para perpetuar la especie; la naturaleza forma y escoge aquellos que son dignos de perpetuar la idea.

El límite más grande

Particularmente creo que el límite más grande para poder idear es imaginar, y la falta de imaginación  yace de la misma mente, de profunda concepción de la realidad y que sólo lo que es real, es posible, entonces allí tenemos un gran límite. Es por eso lo que los niños tienen grandes ideas o ideas muy locas para nosotros los adultos, porque sus imaginaciones no tienen límites, y algo muy impotante en ello, sus concepciones no tienen límite y tampoco formas predeterminadas.

¿Qué idear hoy si todo está ideado?

Es una pregunta que generalmente nos hacemos, y no termina siendo un obstáculo más para poder generar ideas.

El pensar no se genera con la voluntad de querer, pero se paraliza con la falta de ella, ánimo, si hubo anteriores que pudieron por que vos no.

Cuando menos lo pienses, tendrás ideas sin ideas. :)